Trauma Vascular / Rossi Murilo Y Otros / AMOLCA

El prefacio de un libro será siempre una tarea instigadora, sobre todo honrosa, provocadora, sutil, que exige de aquel que la hace un olfato penetrante, profundo, apurado, agudo, perspicaz y no comprometida con la obra a ser expuesta.

El prefacio debe ser libre y sincero. ¿Cómo escribir el prefacio de un libro? ¿Sobre lo que versa el libro? ¿Quién lo organizó o quién lo escribió?

El presente libro examina el trauma, en especial el vascular.

Ciertamente, esta es una plaga que se esparce por la humanidad en los días que corren. Lo mejor sería que la experiencia de los cirujanos en este campo fuese restringida por la escasez de casos. Para infortunio de todos, lo inverso es verdadero. Cada vez más experiencia se acumula por la violencia que se expande de una forma nunca antes vista. Hasta hoy día, la violencia siempre existió, pero era localizada, y la estructura social mantenía un cierto control. Ahora, la violencia se torna sistémica, avasalladora. Se expande por el mundo como una peste que cada vez cobra más y más víctimas. Es una verdadera tragedia moderna que abastece las estadísticas de trauma, aquí, en particular, los vasculares; y que convierte, de forma lamentable, a los cirujanos de trauma en profesionales experimentados. No puede, por lo tanto, quedar ningún resquicio de dudas de la gran importancia y actualidad del tema.

Si observamos la estructura de la obra, veremos que sus 75 capítulos abarcan todos los aspectos posibles del problema. Nada fue olvidado, todo fue contemplado. El trauma vascular fue examinado en su médula, en su carne, en sus entrañas, nada escapó; yo diría que el tema fue agotado en esta obra.

Este libro está destinado a ser un libro de referencia. El libro no es un ente inanimado, tiene vida, tiene alma que emerge de sus colaboradores y su autor.

¿Quién es el autor de este libro? Puede no ser un especialista en trauma, pero lo es, de cierta forma, con relación al autor. Acompañé al Dr. Rossi desde el inicio de su ascenso en la Medicina. Lo conozco como una semilla, cuya trayectoria está bien retratada en la parábola del sembrador. Jesús decía que un sembrador sale a sembrar. Lanza las semillas y unas caen a la vera del camino; otra parte, en el pedregal y otra, sobre los espinos y ninguna de ellas da fruto. Otra cae en tierra buena y da frutos, crece y se desarrolla… Así fue con el Dr. Rossi; su semilla cayó en tierras generosas, brotó, transformándose en árboles frondosos y dan frutos, y estos frutos darán otras semillas. Ascendió a jefe del Servicio de Cirugía Vascular del Hospital Souza Aguiar y erigió la estructura de una escuela de trauma vascular. No descuido la cirugía electiva, ya que ella es parte de la formación de cualquier cirujano que pretenda dedicarse al trauma.

Tal vez la competencia técnica y de organización sean las cualidades menos relevantes en la persona del Dr. Rossi. ¿De qué sirve dominar el saber sin alcanzar la sabiduría? ¿De qué sirve ser un buen técnico si no asume la Medicina como un todo en su aspecto esencialmente humano? Enseñar a tratar no sólo el trauma, sino a la víctima del trauma con todas las implicaciones de un ser humano. ¿De qué sirven las cualidades quirúrgicas sin las virtudes humanas? Estas, el Dr. Rossi las posee. Hombre confiable, leal, amigo, de carácter, valiente para mantener sus posiciones, siempre disponible, generoso y de espíritu abierto a la evolución de la ciencia médica, con el necesario espíritu crítico. Tiene las más raras de las cualidades en este mundo competitivo y egoísta: sabe dar su tiempo, sin interés material. Sin esta dedicación desinteresada, ni el autor ni cualquiera de sus bien escogidos colaboradores serían capaces de escribir un libro. El libro es generoso, no es egoísta. Los autores ofrecen su saber acumulado a lo largo de años de trabajo, estudio y sudor de forma prodiga a sus lectores. No tengo más que un orgullo cierto, por poco que colaboré, para las cualidades que hacen del Dr. Rossi una escogencia de más adecuada para autor de este libro.

La cirugía vascular brasileña agradece al Dr. Rossi et al. el aumento que este libro proporciona al conocimiento del trauma vascular.