«Es la cruz que te tocó, llévala con resignación»; «las órdenes de tu padre
no se discuten»; «tú te callas, porque aquí mando yo»; «los niños tienen los oídos
en las asentaderas»; «cuidas a tus hermanitos y punto»; «aguántate, que él es el hombre»; «el dinero lo manejo yo»; «no te digo… no sirves para nada»; «¿a dónde crees que vas vestida así?». Éstas son sólo algunas muestras de las frases que se han ido acuñando durante largo tiempo para justificar y aceptar lo inaceptable: la violencia familiar.
Aunque el término es conocido por todos, todavía hay quienes confunden la agresión con la violencia; esta última es, como lo define la Norma Oficial Mexicana de Salud: «El acto u omisión único o repetitivo, cometido por un miembro
de la familia, en relación de poder -en función del sexo, la edad o la condición
fisica- en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin importar el espacio físico donde ocurra el maltrato, ya sea físico, psicológico, sexual o de abandono».
La violencia familiar es causa de profundo sufrimiento, frustración e impotencia, y también es un factor que predispone a las adicciones. Un porcentaje sobresaliente de adictos a las drogas tiene antecedentes de violencia familiar.
La violencia familiar y las adicciones forman un círculo destructivo que deja secuelas permanentes. Este fenómeno llevó al equipo interdisciplinario de especialistas de Centros de Integración Juvenil a escribir este libro, que explica
detalladamente qué es la violencia, sus tipos y, sobre todo, proporciona consejos prácticos para prevenirla.
El lector seguramente encontrará en sus páginas hallazgos interesantes y herramientas que lo guiarán para detectar las actitudes de violencia y evitarlas.
Con ello, además de disfrutar de un entorno más armonioso y feliz, conseguirá
proteger a su familiar del riesgo de las adicciones.
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