El Río Viviente, de Isaac Asimov: relata con detalle todos los aspectos de las múltiples actividades de la sangre, además, el lector no necesita ser un bioquímico para entender el relato del doctor Asimov, a pesar de que la exposición lo lleva hasta los límites extremos de la investigación moderna, a las hemoglobina anormales que, debido a una pequeñísima alteración en su estructura molecular ya no pueden llevar a cabo su función adecuadamente, a la vitamina que contiene cobalto y que, en minúsculas cantidades, cura una enfermedad que antes era mortal, a la forma en que el organismo mezcla la grasa con la sangre a pesar de que la grasa no tiene la mayor tendencia natural a mezclarse con ella, a una docena de formas en que el cuerpo mantiene un sistema de vigilancia y equilibrio, de tal naturaleza que la vida está suspendida sobre el filo de una navaja. Todo se relaciona con la sangre, el río viviente, a la que en la antigüedad se identificó con la vida misma, identificación que todavía hoy es adecuada en muchos aspectos.
Contenido
Una pieza de océano
La matriz acuosa
A medida que vivimos y respiramos
Incidentes en la ruta del oxigeno
La vitamina roja
Un donativo de sangre
Un pequeño cambio en la receta
Eliminando a los indeseables
La sal de la tierra
Azúcar e islotes
Proteínas flotando libremente
Las dos fases
Manteniendo a raya el peligro exterior
Sellado automático
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