La realidad del día a día nos ofrece ejemplos como éste que son un exponente de que, a veces, la escuela no está favoreciendo el desarrollo del pensamiento sino más bien el aprendizaje de mecanismos y de respuestas automáticas sin sentido; es más, hechos como el anterior muestran que la capacidad de dar respuestas inteligentes se trunca debido a la forma de intervenir el profesorado cuando los alumnos no contestan «la respuesta esperada».
Sin embargo» aprender a pensar» ha sido uno de los argumentos más repetidos a lo largo de la historia para justificar la necesidad de aprender matemáticas, aunque no el único. Porque pensar es una de las actividades centrales de la persona, aunque el ser humano además de pensar también sea capaz de sentir, de creer, de amar, de jugar, de contemplar, de actuar… Y aunque pensar no sea patrimonio exclusivo de ninguna ciencia, la matemática es una materia idónea para ejercitarse en el arte de pensar y para tratar de mejorarlo.
Contenido
¿Pensar en clase de matemáticas?
¿Qué son las creencias?
Creencia de los estudiantes
Evaluación de las creencias
Modificación de creencias: propuestas de intervención educativa
Anexos
Bibliografía
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