Surrealismo Visual Encyclopedia Of Art – Scala

A los poetas, intelectuales y artistas europeos, generalmente de ideología marxista, que en 1924 se agruparon en torno a la revista “La Révolution Surréaliste” y a la persona carismática de André Breton, les había llegado el momento de dar rienda suelta a la expresión y dejarla vagar libremente por el inconsciente, el sueño y el automatismo psíquico para, así, darle forma a las pesadillas, a las obsesiones, al erotismo reprimido, a las asociaciones mentales y a los fantasmas de la mente. Nace el “surnaturalismo”, como llama Breton “a lo que está fuera de cualquier preocupación estética y moral”. El humor, la inspiración desenfrenada, la crueldad y la angustia conllevan metamorfosis desconcertantes de individuos polimorfos y recurrentes en los fascinantes textos poéticos de Éluard o Aragon, en las piéces teatrales de Artaud, en el cine poético de Buñuel y Cocteau, en las obras de Max Ernst, René Magritte, Salvador Dalí, Paul Delvaux, Yves Tanguy, Joan Miró, Jean (Hans) Arp, Henry Moore y Man Ray. Y si bien se admite fácilmente que los funerales de Dadá marcaron el punto de partida de la poética surrealista, resulta más controvertido establecer a ciencia cierta su final, pues los efectos de la liberación surrealista seguirán influyendo en las generaciones de la segunda posguerra, que encontrarán nuevas formas de inspiración en el universo informal y en la “pintura de acción”. Más tarde se llegará al inevitable mayo de 1968, cuando, primero en los muros de París y luego en todas partes, se enarbola el mágico lema de “La imaginación al poder”. A este propósito nos vienen a la mente las palabras pronunciadas por André Breton en otoño de 1942 en la Universidad de Yale: “El surrealismo nació de una fe incondicional en el genio de la juventud”.